Ataviados con sus gorros, chanclas, toallas y gafas de buceo, los niños y niñas disfrutaron de una clase de educación física en el agua.
Los monitores especializados en natación dividieron a los alumnos/as en tres grupos, en función del nivel de partida y comenzaron con la clase intensiva de natación.
En estas clases los niños y niñas perderán el miedo al agua, disfrutarán con el buceo y con las demás técnicas de natación.
Los niños/as disfrutan mucho con esta actividad, ya que usan materiales muy atractivos, churros, tablas, planchas, y además mueven y desarrollan todo el cuerpo.
Los más aventajados practican el salto a la piscina de cabeza y perfeccionan el nado a crol, brazas, y de espaldas.
Los niños tienen que hacer esperas en los bordes de la piscina, así que los maestros aconsejamos que en lugar de chanclas traigan calcetines de natación para evitar los contagios por hongos y también evitar resbalarse.
La natación tiene la fama, y también la virtud, de ser el deporte más completo.
Con este deporte desarrollan y fortalecen sus músculos, activan la coordinación motora y el sistema circulatorio y respiratorio.
Lo hemos escuchado siempre, sus beneficios no tienen límite de edad, nadar es bueno para todas las personas, pero sobre todo para los niños. Por eso el maestro de educación física, organiza esta actividad para nuestros alumnos.
En esta actividad también adquieren confianza, autonomía en el aseo posterior y responsabilidad con sus materiales.
Con respecto a los objetos personales, los maestros no podemos hacernos responsables de gafas, pendientes y objetos valiosos, por lo que aconsejamos a los familiares que los niños acudan a la actividad con lo imprescindible.
La natación y el aseo posterior ayuda también a nuestros alumnos/as a desarrollar su independencia, su autonomía y a cultivar su autoconfianza.
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